"¡Conrado!", dice mamá:
"Salgo un rato, estate acá
sé bueno, juicioso y pío
hasta que vuelva, hijo mío
y no te chupes el dedo
porque entonces —¡ay, qué miedo!—
vendrá a buscarte, pillastre
con las tijeras el sastre
y te cortará —tris, tras!—
los pulgares, ya verás".
Sale la señora y ¡zas!
¡Chupa que te chuparás…!
Se abre la puerta y de un salto,
entra en la casa, al asalto,
el terrible sastre aquél
que venía en busca de él.
Con la afilada tijera
le corta los dedos —¡fuera!—
y deja al pobre Conrado,
llorando desconsolado.
Cuando mamá vuelve al hogar,
Se lo encuentra -¡puro llorar!-
¡Sin pulgares se quedó,
el sastre se los cortó!
Struwwelpeter de Heinrich Hoffmann
Die Geschichte vom Daumenlutscher (La Historia del Pequeño Chupa-dedo)
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