martes, 16 de febrero de 2016

Prisas...


LAS PRISAS DEL INSTANTE



Tenía razón el tiempo en llevar su afán

en instalarse donde le pareciera

y en tener sus rituales y hostilidades.



Ahora entiendo sus tardanzas y balbuceos

y su prontitud para los aciertos,

de esta terquedad de fijar unas cuantas palabras en un extremo de la infancia

y otras tantas en un rincón de esta calle ronca

que se parece tanto a la vida, llena de sorpresas y de silencios.



Por eso perdóname por tantas deshoras.

por convocarte en noches de rencores y presagios

por amontonar en la misma gaveta ruinas y asuntos cotidianos

entre el cansancio de los días y la terca música de los silencios.



Tenía razón el tiempo en llevar su ritmo

y la vida en tener sus afanes

para quedarse acá

con todas las prisas del instante.



Por eso perdóname por estas premuras

por no saber la gramática y las palabras de una lengua olvidada

por haber perdido libretas, las  llaves

y la vieja canción de exactos compases y cenizas

como si en el afán del tiempo

cada día, sin importar la hora,

se extraviaran los sueños.

(Federico Diaz Granados)



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