lunes, 18 de enero de 2016

El geco


Fragmento de: 
De los vicarios del nombre de la cosa maligna

El nombre de la cosa maligna es tan absolutamente inofensivo como la carrera del geco o salamanquesa que rampa por el lucido de la pared, pero a semejanza de ésta, y por análogas razones, no necesita ser tenido por dañino para ser causa de aprensión. 
Del tímido, vacilante, verrugoso y ceniciento geco aún está por saber que jamás hiciera mal a hombre alguno en este inundo, y vedlo ahí, sin embargo, cómo una vez más, acierta —pequeño pavor rampante— a dibujar o tal vez a escribir sobre el blanco del lucido la más expresiva, convincente e irresistible finta de endriago mensajero de las tinieblas y el horror.



Rafael Sanchez Ferlosio - El Geco. Cuentos y fragmentos



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